19 de diciembre de 2009

Joe Bonamassa - Live in Tel Aviv

El lugar, increíble. Nuevito, tamaño mediano (menos de 1000 personas), cómodo, buen sonido.
La cita, inmejorable: un guitarrista de puta madre que llega en el mejor momento de su carrera (tiene 32 años nada más!) ante un selecto público que parece saber lo que vino a buscar.
Y ojo, Bonamassa no es un desconocido. El tipo ya toco en el Albert Royal Hall. Busquen el DVD, increíble.
No vino con los dos bateristas simultaneos que yo tanto ansiaba ver en vivo. Tampoco tenía coristas, ni segunda guitarra. Tampoco trajo el Theremín que le vi tocar por ahí.
Pero no me quiero imaginar que habría pasado de traer todo eso, porque si este show fue tan perfecto, mi cerebro podría haber explotado con tanto condimento. No hizo falta más. Joe se cargó el show a las espaldas de manera genial. Un maestro.
De chico, cuenta, quiso ser como Clapton. Pero yo creo que llegó a ser más bien un Steve Ray Vaugham. Más rockero que Clapton. Virtuoso como pocos. Sabe blusear, sabe rockear. Gasta las seis cuerdas como pocos.
A tal punto que cuando terminó Woke Up Dreaming, -ver el principio en el video que subí- después de machacar la acústica durante largos minutos (¿cómo hacía para que sonase como si toda la banda estuviese arriba del escenario si era él solo con la criolla el que tocaba?!) pensé "la gastó, esa guitarra quedó flaquita, no sirve más..." y ¡la tiró al público! ¡la tiró!
No, no la agarré yo. Tenía las manos en la bonamassa.
El recital fue larguísimo. Dos horas y media, creo. Los privilegiados que lo vimos, no lo vamos a olvidar. Ojalá que Joe le cuente a sus amigos, así vienen a tocar por estos pagos.
Va foto y video, para el recuerdo de una noche, casi perfecta.







y otro video de ayer, pero de mejor calidad

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