18 de agosto de 2016

Garbage, Live @ Israel 2016

¿Qué más se puede pedir este verano israelí? Después de 17 años volvió Garbage a tocar en Tierra Sanata.
Desde tiempos en que no existían ni los blogs(!) yo vengo escribiendo sobre Garbage. Mirá esta reliquia de la prehistoria. Desde aquel día que escuché Queer en la Rock and Pop, me enamoré de la banda. Y allá por 1999 vinieron a Tel Aviv en el pico de su fama, apenas salido Version 2.0. Es cómico ver el ciclo que hemos cumplido tanto ellos como yo desde 1999 a 2016. En aquel recital en el Hangar 11, un pibe de 17 años me miró cruzado y me dijo a mí, que tenía 29(!) "eh, viejo, qué empujás". Me dijo Viejo! A los 29 años! Ayer en el Amphi Shuni (lugar genial para recitales si los hay) no había pibes de 17 años. Pobrecitos. Se lo pierden.
Allá por 1999 yo estaba en los primeros años de mi pareja. Y hoy, 17 años después...¡también! Garbage en 1999 andaba rockeándola big time por el mundo y hoy...¡también!
Como dijo Shirley ayer, "la edad no es algo malo sino un privilegio". Yo a los 46 saltando en picada a la mexicana en un recital como si el tiempo no hubiese pasado. Fue genial. Te lo resumí.

Sin caer en lugares comunes ni clichés tontos, Garbage vino a dar ese sonido tan particular que no le conozco a ninguna otra banda. A pesar de que Butch Vig, el batero famoso no vino por estar afectado de una sinusitis fea, la banda la rompió. Minimalismo arriba del escenario, Shirley con un nuevo peinado de los miles que le conocimos, saltando y cantando como si fuera la primera vez.
Vayamos a la música. Recorrieron todos los discos, como era de esperar. Arrancaron demoledoramente con Subhuman, I Think I'm paranoid y Stupid Girl, y ahí nomás ya sabías que ibas a pasar uan noche alucinante, literalmente hablando. Del disco nuevo tocaron solo un par y estuvo bien. Algún lado B para hardcore fans no habría estado mal, pero me la banco. Los escucho hoy.

Es sabido que mi metejón con Shirley es heavy. Solo tomando las viejas entradas de Stereoblog te das cuenta. Y hasta te puedo decir que como estaba muy cerquita del escenario, hubo contacto visual en una de las frases de Blackout.
Ese sonido garbage tan particular que le dan las dos guitarras de Duke y Steve tan potentes no lo tiene nadie. Lo quiero decir de nuevo. No hay banda parecida. Tienen onda. No hay solos de guitarra virtuosos. No es lo de ellos. Es una aplanadora sónica. Y mientras tanto, Shirley arriba del escenario la rompe.
Bah, creo que ya tendría que haber cerrado esta crónica porque no estoy siendo objetivo. Me gustan demasiado como para hablar.
Les cuento nada más detalles de color: la escocesa cumple en breve 50 años(!) y trajo torta arriba del escenario y la repartió con la gente en platitos! También charló bastante y habló bien sobre lo importante de venir a tocar a Israel, ignorando a los que llaman a boicotear y pidiendo, como lo hacen todos, por la paz.
Párrafo para Gan Hayot, la banda soporte que en su primera reencarnación me perdí y conocí solo por discos, y se volvieron a juntar para este show, justo cuando yo, de cazuela total, estoy tratando de convencer a Los Cangallos para hacer la canción "Gan Hayot" de ellos. Estuve charlando con Sharon Moldavi el cantante, muy buena onda el chabón. En ese tema que les digo, suena como Divididos cantando en hebreo! Impresionante.
El lugar es un viejo anfiteatro de la época de, andá a saber, Los Romanos. Perfecto para la ocasión (el mismo donde tocó Skunk Anansie).
Bueno, basta, los dejo en paz. Estuvo increíble. El túnel del tiempo funciona. Ellos la siguen rockeando y yo empezando mi vida de nuevo, lleno de energías, like it's 1999.