20 de junio de 2016

Beth Hart Live in Israel

Este año estoy de parabienes. Hace una semana veía a PJ Harvey en Portugal; el mes que viene vuelve Garbage a Israel después de casi 20 años(!); viene Louis CK y encima se me cumple el deseo improbable de ver a Beth Hart en vivo.
Hace cosa de un año le mandé un mensaje a su página de FB diciéndole que hable con su amigo Joe Bonamassa para que le cuente de Israel, ya que él vino 3 veces en poco tiempo. Y que venga. No fue por mí, claro está. Pero vino.
Los que la seguimos hace algunos años (gracias a Tapper, cuando no) habíamos visto los videos de los años 2000-2001 cuando la mina pesaba 33 kilos(?) y era una bestia incontrolable arriba del escenario. Y sabíamos que esa época había quedado atrás. La mina se limpió de alcohol y drogas, se enderezó y también se puso polentona :P Uno la veía en los videos de shows con Bonamassa con esos vestidos de señorona, cantando blues y a veces con actitud de cantante de jazz. No por eso dejaba de gustar. Seguía siendo una cantante del recarajo. Pero claro, era otra cosa. Inclusive sus discos solistas venían en versión más tranqui.
El show se hacía en un anfiteatro con sillas. Toooooodos sentaditos. Venía con preambulo de show tranquilo.

Y si hice toda esta intro es para decir lo mucho que me terminó sorprendiendo. Beth Hart dio el mejor show en mucho tiempo acá en Israel. Desde Eagles of Death Metal que no recuerdo una excitación así.

La mina deja todo en la cancha. Se zarpa arriba del escenario. Es comunicativa con la gente. Emocional. Apasionada. Se ve que lo vive de manera muy intensa y lo transmite. Y canta como la puta madre, de eso ni hablar.
Ya al cuarto tema dijo "vamos, parensé y vengan para acá". Y claro, fuimos. Y no volvimos más a la silla. La gente no se sentó más. Yo quedé en fila cero como hace mucho no estaba y hasta me llevé el palillo autografiado del tremendo baterista que tiene Bill Ransom.
La banda: minimalista: violero, bajista y el susodicho animal que tocaba la batería de manera que pocas veces vi.
Beth habló mucho como siempre, pero sin aburrir. Contó historias y hasta casi se larga a llorar porque era la primera vez en diecipico de años que no estaba su esposo en el show porque se habían peleado. Le dedicó una canción y le pidió perdón. Habló un poco en hebreo (no se le entendía un pomo :P) y se rió mucho.
Los temas fueron uno tras otro una bomba. Como siempre, cuando uno conoce muchos discos del artista, te va a faltar alguno (en mi caso fueron "World Without You" y "Am I The One", porque son de una época anterior y creo que ya no los toca). Pero no dejó nada en el tintero.
La gente respondió muy bien y ella estaba encendida.
Salimos todos transpirados como en un show del rock más pesado, creeme.
Ya vengo sumando bonus tracks a los recitales que quería ver en mi vida. Este es uno de esos que pensé que no me iba a tocar. Y fue un lujo, entrando en la historia de los mejores shows que vi en mi vida, que no fueron pocos.