23 de febrero de 2014

Deep Purple Live in Israel (2014)

Es la segunda vez que voy a ver a Purple. La primera fue en 2008 (ver acá). Esta vez fui con mi hijo. Listo, acá terminaría la crónica. Alcanza con eso para hacer de eso una noche histórica. Pero me cuelgo a decir un poco más.

Primero, que el público israelí es pelotudo. Quizás porque hoy en día tenemos la oportunidad de leer comentarios en los medio sobre lo que la gente piensa sobre le show. Quizas esta gente existe en todos lados pero ahora tienen un lugar donde publicar sus boludeces. Quizás justamente los que se toman la molestia de escribir un taklback son los pelotudos. No se. Pero se lee que la gran mayoría está todavía en esa idiotez de cuestionar el setlist de los temas elegidos y hacer depender de eso "si valió la plata pagada o no". Imbéciles. Deep Purple tiene 50 años de vida. Vos pensás que exite un setlist que te vaya a dejar contento? No merecés un concierto así. Siempre va a quedar algo afuera. En mi caso no me quejo. A este tipo de shows de dinosaurios voy con expectativas bajas y nunca salgo decepcionado.
Tocaron Perfect Strangers. Listo. Me doy por pagado. Faltó Child in Time; mejor, porque no la soporto más. Ves? algunos están contentos con lo que hay.

Quiero decir algo que no tiene que ver con el recital: Si agarrás(?) una banda de 50 años de trayectoria y armás un greatest hits de 15 temas, te juego las bolas a que no entre ningún tema de los últimos 10 años. ¿Qué quiere decir esto? Que lo mejor, ya lo hicieron. Qué más quiere decir? que siguen haciendo música porque se les canta. Plata no les falta y ganas, se ve, les sobran. Entonces no te quejes. Cuando los vas a ver te vas a tener que bancar material nuevo mientras por dentro espérás esos riff matadores de los 70 u 80. Ahora qu elo pienso, me faltó knowcking at your back door. Ves? Siempre falta algo pero igual disfrutas.

El estadio esta vez fue cerrado. Una especie de obras mucho más grande. Se escuchó muy bien. Muy. Sin ecos feos como en el de Cyndi Lauper. La banda se mandó muchos solos de todos los colores. Bien al estilo setentas, se van todos y dejan a uno de la banda a que toque. Está bien. Un poco por ahí te cansa. Pero si no te gusta, no vayas!

Los músicos, impecables los 5. El camarógrafo un tarado, que enfocaba durante un solo ENTERO a Glover, mientras Morse se desmembraba sobre su guitarra en un solo antológico.

Gillan todavía canta. Es increíble pero canta. No tiene una voz potente y, la verdad, nunca fue de mis favoritos. Pero el tipo está a la altura.

Puntos salientes: Vincent Price, Hush. Perfect Strangers, Lazy.

Para destacar: el pelo de Morse, que parecían los de Xuxa al viento (¿¿¿dónde estaba el ventilador???), la remera de Gillan que parecía un traje con moño y no me di cuenta de que era una remera.

Podría decir sin miedo a equivocarme que es la última vez que los voy a ver, y si lo pienso asi, me da cosa. Pero al menos puedo digerirlo mientras lo digo, y que no me pase como con Dio, que un buen día se murió y dije "uy, la última vez que lo vi fue tal o cual año y no sabía qu eno lo iba a ver mas. Stam, boludeces.

Hubo mucho padre e hijo. De hecho me encotnré con dos ex compañeros de laburo, ambos con sus hijos. Eso me gustó mucho.

En síntesis... Es un recital lindo que pasa en forma decente y no emociona mucho. El condimento esta vez fue personal. Como siempre: ser feliz es una decisión.

Va una foto testimonio y un video demagógico purplero (que ya hizo en la visita anterior).